¡Qué viiiiiva España...! Así dice el estribillo de la célebre canción de Manolo Escobar. Nos puede gustar más o menos este tema de los '70, pero creo que la mayoría de los españoles al escuchar esta canción nos vienen a la cabeza buenos momentos que hemos vivido.
Una canción como esta nos recuerda muchas cosas: que Rafa Nadal es el mejor tenistas del mundo, que Fernando Alonso nos hace vibrar en la Fórmula 1, que en los mundiales de motociclismo no tenemos rival, que en baloncesto somos de los pocos que ponemos en serios apuros a EEUU, que Contador ganó el Tour, que en fútbol sala nos salimos, que... ¡España ganó la Copa del Mundo!
Sin embargo, el lema de esta canción no es sólo un himno de los éxitos deportivos. Es más que eso, es la celebración de que España es el país con más banderas azules de todo el hemisferio norte (600 banderas), que tenemos un clima envidiable, que nos gustan los chiringuitos de la playa, las tapas, las fiestas de verano, que nuestros precios son más bajos que en el resto de Europa; y que por todo ello el país se llena de turistas de Sol y Playa que se dejan mucho dinero cada verano.
Por todo ello, la marca España vende y ha vendido mucho.
A pesar de todo, queda claro, que debido la situación que vive el país, la imagen de España deberíamos empezar a cambiarla. ¿Os habéis parado a pensar, qué pasaría cuando nuestra generación de deportistas no sean tan competitiva, o cuando otros países de los alrededores -Túnez, Marruecos, Malta, Chipre, Argelia- empiecen a explotar más eficientemente un turismo de Sol y Playa más barato?
Yo creo que la situación del país iría mucho peor de lo que vamos ahora (más de 4 millones de parados). Ello por una sencilla razón, la imagen que ofrecemos al resto de países es que si nos quitan eso, España no es nada. Y creerme, no sería difícil de arrebatar al paso que vamos.
Tenemos que demostrar que España es más que el Sol y los chiringuitos de la playa, y que nuestros deportistas no son los únicos competitivos en nuestro país. Hay que demostrar que en nuestro país tenemos unas infraestructuras totalmente idóneas para desarrollar una potente industria no basada en el precio del factor trabajo (pues en este factor siempre habrá países más baratos -China, India, Camboya, etc-) y que nuestras universidades consiguen formar personas excelentemente cualificadas.
Sólo de esta forma, cambiando el concepto de España (o más que cambiandolo, mejorándolo), podremos conseguir una mayor confianza en nuestro país y, por tanto, una mayor inversión en nuestro país que generará más puestos de trabajo. Así, entre otras cosas, no se nos volverán a escapar la celebración de grandes eventos como el Mundial (para Rusia y Qatar los próximos) y los esperados Juegos Olímicos de Madrid (para Londres y Brasil).
