miércoles, 29 de junio de 2011

Avaricia de ricos + avaricia de no ricos = Avaricia = Crisis financiera

En los últimos tiempos se está hablando mucho del Pacto del Euro, del rescate de Grecia, de la dación en pago, del 15M, del 19J, de que no somos mercancía en manos de políticos y banqueros, etc. Sin embargo, hay algo sobre lo que todavía no he leído en las miles de webs de la red: la parte de culpa que tenemos los ciudadanos de a pie en esta crisis. ¿Es que a caso nosotros no tenemos parte de culpa?

Todos sabemos que la crisis económica actual tiene origen en la desmesura con la que se han concedido préstamos a diestro y siniestro, en muchas ocasiones con un riesgo de impago superior a la media, como las famosas hipotecas subprime (Leopoldo Abadía lo explica muy claramente en su blog de La Crisis Ninja). Todo ello fruto de la avaricia de prestamistas que querían ganar más dinero a cambio de soportar más riesgo.

Lo anterior está más que explicado y debatido en todos los foros económicos. Sin embargo, a veces me pregunto por qué nadie se ha planteado la siguiente pregunta: ¿si se han concedido prestamos arriesgados, no será porque hay personas que han pedido estos préstamos arriesgados? Quiero decir, ¿acaso no conocemos mucha gente de nuestro alrededor que ha pedido préstamos para comprarse casas o coches que años atrás parecerían impensables con los salarios que tenemos la gente de a pie? ¿Los prestatarios de tales préstamos no han actuado también de forma avariciosa? 

Prestar 10.000 € con un elevado riesgo de impago para ganar un importante porcentaje de interés es de avaro. Al menos de arriesgado. ¿No es de avaro también pedir un préstamo 10.000 € para comprarse un coche con lo que gano dando 5h de clases particulares a la semana? Juzguen ustedes mismos.

Pues bien, si estos lo trasladamos al sector inmobiliario, donde las cantidades se multiplican al menos por 10, los problemas de pago y sus consecuencias son mucho mayores. Y ello a pesar de que la concesión del préstamo hipotecario conlleva como garantía crediticia real el propio inmueble. Préstamo que se concedía por la totalidad del valor del inmueble, incluso más, pensando que el precio del mismo iba a subir en un futuro (por la especulación y por lo barato de conseguir dinero prestado) y que con ello quedaría garantizado el crédito en caso de impago. ¿Acaso no pedíamos los ciudadanos de a pie tales préstamos con la avaricia de tener más de lo que realmente podemos pagar? Estoy convencido de que si no hubiésemos comprado tantos pisos a precios que realmente no podíamos pagar, el precio de los mismos se habrían ajustado automáticamente. El precio de la vivienda ha caído por la dificultad de acceso al crédito de los últimos tiempos.

El resultado de esta concesión de préstamos a quien no debía concederse (avaricia del prestamista y del prestatario) es ya conocida por todos: una de las mayores crisis económicas conocidas en la historia reciente.

De esta burbuja inmobiliaria se ha hablado mucho. Pero yo creo que la burbuja que se creó antes fue la del crédito, ya que el precio del inmueble subió por el fácil (o anormalmente fácil) acceso al crédito, aun soportando un elevado riesgo. Sin embargo, fue el pinchazo de la inmobiliaria la que terminó explotando la burbuja del crédito. Burbujas, no olvidemos, creadas por la avaricia de prestamistas y prestatarios. 

No obstante, no ha de olvidarse que, por supuesto, nuestros dirigentes también tienen parte de culpa, pues las leyes existentes permitían esta avaricia, así como no exigen la tan reclamada últimamente obligación de dación en pago de la vivienda como medida para saldar las deudas hipotecarias.

En fin, crisis económica, crisis financiera. Culpables unos, culpables otros. Da igual, lo importante es salir de esta, aprender, y no volver a tropezar con la misma piedra.