sábado, 21 de enero de 2012

Ahora que me hago mayor, veo que todavía soy pequeño.

Señor Presidente, creo que me estoy haciendo mayor. Aunque a veces tengo dudas.

Hay días que me levanto y pienso en lo que ha cambiado mi vida en los últimos años. Mis amigos y mi familia viven lejos. Mejor dicho, yo vivo lejos de ellos; con mi novia, en un piso de alquiler en el extranjero.

Estos años me están haciendo madurar muchísimo. Será porque cuando uno se independiza se da cuenta "de lo que vale un peine". O tal vez porque ya no tengo a mis padres para que me laven la ropa, me hagan de comer, para despertarme si llego tarde a la uni, para que me paguen la luz, el agua, internet, la ropa, los zapatos, el gimnasio, el alojamiento...

Joder, pero es que tengo 25 años. A esta edad mis padres ya eran mis padres. Vamos, que ya estaban casados, con piso, y tenían al mini yo dando la lata y lavándose los dientes con la escobilla del water (y no es coña, jaja). Todo un futuro planeado. Trabajar, pagar la hipoteca y criarme a mí y mi hermano, que llegaría más tarde.

Pensándolo bien... ya no sé si soy tan mayor. Tengo 25 años, y no sé cuándo seré padre. Sin embargo, lo que sí sé es que no está dentro de mis planes de los próximos 2 o 3 años. 

Donde estoy, tengo la suerte de tener independencia financiera, de poder vivir sin necesidad de que mis padres tengan que invertir en mí más de lo que ya lo han hecho (que es mucho, y les doy las gracias por ello). Pero no sé si esta situación podría sostenerla si vuelvo a España, con mis amigos y familia: el país donde quiero vivir, y donde quiero que crezcan mis hijos. Dudas que me surgen por muchos motivos: no sé si podré comprar una casa para mi futura familia, no sé si aquí encontraré un trabajo adecuado a mis estudios (dos Licenciaturas, un Máster y tres idiomas), no sé si mis hijos podrán ir al colegio en España con calefacción, si podrán ir al médico... No lo sé.

El futuro me inquieta. Y ahora que me hago mayor, veo que todavía soy pequeño. 


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